Adicciones

Cierran centros de apoyo contra adicciones, por la pandemia

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Cancún.- Desde el inicio de la pandemia, son diversas las clínicas, anexos, comunidades terapéuticas o grupos de apoy contra adicciones las que han cerrado sus puertas por dificultades económicas, justo en momentos en los que el consumo de sustancias ha aumentado.
Oscar Francisco Guzmán Cerecero, director del Instituto Municipal Contra las Adicciones en Benito Juárez, reveló que desde la llegada del COVID-19 a la entidad, con su consiguiente crisis económica y social, ellos han visto un aumento de hasta un 40% en las atenciones que brindan, aunque parte de ello puede ser por ser cada vez más conocidos en Cancún.
En entrevista, el funcionario del Ayuntamiento de Benito Juárez, comentó que ellos llevan un padrón de todos estos centros de ayuda, pero mantenerlo actualizado es muy difícil, pues muchos de estos grupos “nacen hoy y mueren mañana”.

En el padrón hay cerca de 300 de estos grupos o instituciones, de la que dijo era imposible saber cuántas han cerrado.
El problema, comentó, es que el año pasado no fueron catalogados como actividad esencial, lo que a su criterio fue un error, ya que muchos ciudadanos dependen de Alcohólicos Anónimos u otros grupos para mantenerse sobrios, y el volver a consumir puede significar incluso su muerte.

“Ellos dependen de aportaciones, pero si no pueden hacer juntas, quedan sin recursos y deben pagar renta y servicios”, señaló.
Por fortuna, abrir uno de estos grupos no es difícil, y van surgiendo de manera natural, a medida que llega la gente, pero este año son más comunes los que cierran que los que se inauguran.
Actualmente, solo una organización cuenta con un registro federal ante la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), pero la gran mayoría están en situación legal, en cuanto a permisos y seguimiento de las normas actuales.

“Hay otros, sin embargo, que todavía no consiguen estos permisos; nosotros los contactamos y les ayudamos a que se armonicen con las normas”, explicó Guzmán Cerecero, quien afirmó que ellos no existen para estar cerrando centros, sino asegurarse que ofrezcan buena ayuda.

Ofrecen atención anónima para adicciones, por redes sociales

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Cancún.- El desarrollo de tecnologías como las redes sociales permiten brindar más canales para la atención ciudadana, incluso de manera anónima, comentó el director del Instituto Municipal contra las Adicciones de Benito Juárez, que a diario atiende entre tres y cuatro personas por medio de WhatsApp.

Oscar Francisco Guzmán Zerecero explicó que todas las adicciones en realidad son un síntoma, una forma de escape, de algún problema interior de la persona. El problema es que a menudo son temas que quienes los sufren aseguran que “se llevarán a la tumba”, por lo que solo garantizando anonimato es que pueden abrirse.
“Lo dicen los Alcohólicos Anónimos, es la base de todo su sistema”, explicó el funcionario municipal. “Muchas veces, como padres de familia, podemos ver que nuestro hijo ha caído en un disturbio emocional y hablamos con él, y pensamos que nuestro hijo nos dice la verdad completa, lo que a menudo no es así, y no porque sea mentiroso, sino porque son temas que le cuesta expresar, por vergüenza o por temor a la desilusión”.

Incluso al ser llevado con un terapeuta, es difícil que acceda a revelar lo que lo carcome.
“Lo primero que defiende el adicto es pensar que sus problemas se los llevará a la tumba. Quiere hallar soluciones, pero sin abrirse”, añadió.
Una solución para que pueda explayarse y liberarse es escribiendo vía WhatsApp al teléfono 9984831650, donde se les guía y asesora, sin preguntar por su identidad, sexo, edad o cualquier dato personal, algo que ya ha dado resultados y que, según el director, “ya ha salvado vidas”.

Diariamente, reciben entre tres y cuatro peticiones de ayuda a través de esta red social, monto que ha ido en aumento, a medida que se da a conocer, esto aparte de los mensajes por Facebook, llamadas telefónicas o visitas presenciales.
A causa de la contingencia sanitaria, han visto un aumento en los casos de adicción o de crisis psicológica, por tener convivencia obligada con familiares, por falta de recursos o por estrés adicional en este clima de incertidumbre.