La explotación y abuso laboral es una situación que ha menudo se presentan en todos los sectores y en las empresas, desde las más pequeñas hasta aquellas de gran dimensión, y en todos los casos es causado por aquellas personas que poseen un mayor rango dentro de la organización y que por su cargo creen tener la facultado de atentar laboralmente contra los subordinados.
Cualquier empleado esta expuesto a sufrir este tipo de abusos pero nadie tiene el derecho de maltratar, humillar, insultar y/o hasta golpear a una persona para exigirle el cumplimiento de sus labores ni siquiera el propio dueño de la empresa.
Sin embargo, muchos directivos empresariales parecen desconocer o simplemente ignorar cuales son los derechos y obligaciones tanto de los jefes como de los trabajadores, dentro y fuera de la empresa.
Tal es el caso que se vive al interior de la empresa Por esto Quintana Roo, medio de comunicación impreso y digital que forma parte de la cadena peninsular Por Esto!, donde las y los trabajadores tienen que lidiar con un ambiente laboral hostil, de explotación, insultos y malos tratos por parte de los jefes; mientras que aquellos que deciden renunciar antes de aguantar esta situación tienen que enfrentar un lucha por sus derechos, al no recibir sus finiquitos o liquidaciones conforme a la ley.
Ilse, una ex colaboradora de Por Esto Online, es el claro ejemplo y testigo real y material de los abusos y la explotación laboral que se vive en este medio de comunicación.
Según el relato de la joven, a través de sus redes sociales, ella laboró para el medio digital durante tres meses como redactora web pero desde abril pasado decidió renunciar a los abusos y malos tratos de Devora Ruth Cordero Álvarez, líder y dueña de Por Esto, en complicidad de Ramón Alfaro, editor del periódico.
Así mismo, denunció que hasta el día de hoy no ha recibido lo correspondiente a su liquidación y la empresa se ha deslindado de ella para no pagarle, al contrario señala que ha sido amedrentada tras haber hecho pública su situación.
Ilse señala a Cordero Alvarez de “explotadora y déspota con sus trabajadores”, ademas de haber nombrado como “editor a Ramón Alfaro, quién está acusado de acoso sexual por periodistas del Heraldo de México”.
Por medio de un hilo de Twitter, la joven agraviada explicó el calvario que vivió y esta viviendo:
“1 Abro hilo para contar mi experiencia en el periódico @PorEstoOnline. Entré a trabajar como redactora web al periódico el 12 de julio. Durante tres meses estuve por honorarios. Después me prestaron una computadora para hacer el trabajo en home office.
2 El 1 de noviembre firmé contrato con prestaciones.
La jornada laboral era muy pesada. Ramón Alfaro, editor del periódico, nos dejaba muchísimas notas de periódicos como #Milenio, @ElUniversalDF, #LaVerdadNoticias y @elheraldoco (ese por debajo del agua porque estaba prohibido).
3 Por órdenes de @Debcordero, nos explotaba y siempre hacía videollamadas para regañarnos. Nos hablaba a groserías y se desesperaba de que las notas no salieran en, mínimo 10 minutos.
4 Yo siempre traté de defenderme y evitar que ese par abusara de nosotros, por lo que #Ramón siempre me decía que era una pedera.
5 A finales de abril le comenté a Ramón que renunciaría, sin embargo, les dije que firmaría el 6 de mayo, para no dejarles botado el trabajo, lo cual me arrepiento, pues me hicieron llegar un papel con la renuncia, yo les dije que no firmaría, pues no me habían dado mi
@Finiquito
6 pero me dijeron que debía hacerlo, pues era protocolo de la empresa.
Lo hice y en seguida me llamó Recursos Humanos (desde Yucatán, lugar donde están las oficinas de Por Esto!) y me pidieron la computadora que me prestaron, me hicieron llevársela a Ramòn a un metro cercano
7 y me dijeron que me pagarían.
Días después les llamé para preguntar sobre mi dinero y #RecursosHumanos se deslindó. Me dijeron que ellos no veían el tema. Me comuniqué con Ramón y se hizo pendejo, por lo que le envié un mensaje a Deborah, quien inmediatamente me bloqueó.
8 Me puse en contacto con algunos excompañeros y están en la misma situación. No les pagan. Son unos rateros y Cordero una cobarde. Estamos por hacerles una denuncia colaborativa, mientras, esperamos que la gente se enteré de la forma de operar de estos rateros, explotadores.
9 Ahora, exigimos justicia y que el caso se vuelva viral, para que ya no caigan en esta práctica de esta bola de rateros. #Justicia #PrensaBasura
@MediosTerror”, posteó.
Tras la viralización de su caso, Ilse recibió una llamada por parte de la abogada de Por Esto con la supuesta finalidad de solucionar su problemas. Sin embargo, nuevente fueron amendrentados sus derechos, pues la condicionaron, para entregarle su finiquito debía borrar la publicación en Twitter donde exhibió la situación laboral de la empresa.
Al principio no accedió a la petición pero otorgó un voto de confianza a la organización y al final solo le vieron la cara, por lo que nuevamente expusó en redes sociales lo que aconteció.
Así lo compartió vía Twitter:
«1 Una más del @PorEstoOnline
El sábado que hice pública mi experiencia como redactora en @PorEstoOnline, me llamó la “abogada” del periódico. Muy amable, me dijo que mi caso llegó a sus oídos y que todo esto no era más que una mala comunicación de #RH, pero ella se encargaría.
2 La mujer justificó al diario y argumentó que ellos eran ajenos al problema con #recursoshumanos . En la llamada, me dijo que vería mi caso y se encargaría de que esa semana “un gestor” me diera mi cheque.
3 Le dije que no solo era yo, sino que había muchas personas en la misma situación y me pidió el número de cada uno, para que ella resolviera el conflicto.
4 Eso sí, me pidió que abordaramos el tema lo más cordial posible y se comprometía a pagarnos lo que @PorEstoOnline le debe a más de 10 personas.
El jueves,29 de #Mayo, me llamó. Me explicó que el gestor se comunicaría en el transcurso del día.
5 Y la señora aprovechó para decirme que se enteró del tweet que hice “difamando @PorEstoOnline , y me pidió que lo eliminara. “En cuanto tenga mi dinero en la mano, lo elimino”, le respondí. A lo que ella, con un tono agresivo me cuestionó sobre si la estaba condicionando.
6 “Obviamente. Ustedes perdieron credibilidad conmigo, así que, en cuanto tenga mi dinero, lo elimino”, contesté tajante. Además, le dije que los tweets no decían ninguna difamación y si quería, podía publicar las pruebas (audios y mensajes) para que viera que no miento.
7 Llegó el viernes y vi al gestor, bien hábiles me citaron a las 6pm, cuando el banco ya está cerrado. Me dio el cheque y me hizo firmar de recibido, me aseguró que era verdadero y que si no, podría demandar.
8 Al siguiente día acudí al banco y como era de esperarse, el cheque no pasó, pues las firmas no coincidían. Llamé a #Carla O. la abogada, y jamás me respondió. Minutos más tarde, me llamó un hombre de @PorEstoOnline , quien no quiso decir su nombre.
9 Yo me encontraba, evidentemente, muy enojada, por lo que le hablé fuerte, le reproché que el cheque no pasó, pues las firmas eran totalmente diferentes. El tipo me gritó horrible y me inventó que el cheque «estaba protegido», pero que el lunes lo podría cobrar.
10 Por suerte, el ejecutivo del banco lo escuchó y le pidió que no mintiera, pues una vez firmado, el cheque ya estaba liberado; sin embargo, el pago no procedía por las firmas. El tipo se portó altanero y colgó el teléfono.
11 Hasta ahora, los trabajadores de @Debcordero no se han vuelto a comunicar. Y la empresa @PorEstoOnline continúa igual de miserable con sus trabajadores.
12 Esta experiencia es para alertar sobre las malas prácticas de @PorEstoOnline y lo lejos que pueden llegar con tal no pagar un dinero que la gente se gana a base de malos tratos, humillaciones y hasta amenazas.
@MediosTerror @la_de_rh @frasalazar @LuisaAlcalde».
El caso de Ilse, es uno de los tantos casos de explotación laboral que se presentan en el mundo empresarial y Por Esto no es la excepción.
No es la primera vez que este medio de comunicación se ve envuelto en la este tipo de conflictos. En diciembre de 2021 un grupo de ex trabajadores se manifestaron en las instalaciones para exigir sus pagos de liquidación conforme a la ley que la empresa se negaba a pagar.