Ahora lo que impera es el miedo en un ambiente de orden por decir lo menos, extraño. El olor a diésel impregna el aire. Los ruidos de turistas, de personas que van y vienen, de militares y policías. La explosión de los motores de un ferri ha generado en manos dispuestas al auxilio, pero también en autoridades que no permiten el acceso a nadie. Y tampoco dejan ayudar.
Un ferri de la compañía Barcos el Caribe explotó alrededor de las 12:40 horas. La unidad se preparaba para partir y aún no comenzaban a abordar todos los pasajeros, apenas la fila iba avanzando cuando sucedió la explosión.
“Fue un ruido que nos dio mucho miedo”, dice una de las testigos que presenciaron el siniestro desde la orilla de la playa en la zona conocida como Playacar. “Boom” y después se hizo el caos. La gente corrió, explica Sammy Kenneth, turista de Estados Unidos testigo también de la explosión.
El muelle marítimo de Playa del Carmen se ha llenado de vidrios rotos. De zapatos y chanclas, algunas manchas de sangre.
Las autoridades municipales prestaron los servicios de emergencia. Llegaron en poco tiempo, 7-8 minutos. “Una eternidad” dijeron los testigos. Muchas personas de las que estaban presentes, prestaron primeros auxilios a las víctimas.
El olor sigue impregnando el muelle. El orden se ha restablecido. Policías han acordonado la zona. Los bomberos y soldados tienen el control de la situación.
No hay cifra oficial de heridos. De manera extraoficial podemos decir que han sido por lo menos 15 los que fueron trasladados en ambulancias a los hospitales cercanos.
Hasta ahora, 14:03 horas, no hay comunicado ni pronunciamiento oficial de parte de las autoridades municipales. Tampoco se ha presentado nadie del municipio a la zona.
