Para los visitantes al Malecón Tajamar, ya es común observar el agua de la Laguna Nichupté con una capa de espuma blanca, que no es otra cosa sino restos de jabón y otras sustancias que son utilizadas en viviendas, negocios y hoteles de la zona hotelera, que van a dar a los cuerpos de agua.
En un recorrido realizado por este medio el domingo, 9 de junio del presente año, se observó lo espeso que está la capa de jabón, la que recala en el mangle del lado izquierdo de la estructura del Malecón Tajamar.
Al respecto, la bióloga Rebeca León Castro explicó que los riesgos de la contaminación por los detergentes y todos los productos de limpieza merman la calidad del agua, situación que afecta la vida marina y la oxigenación de la Laguna; porque los detergentes contienen nitrógeno y fosfato, agentes que modifican la tensión superficial del agua; además, estos productos están adicionados con sosa, aditivo que matan los microorganismos que viven en ríos, lagos y mares, que son los que tiene la función natural de degradar o digerir los residuos de los desechos.
La bióloga advierte que, de seguir con la práctica de arrojar aguas a la Laguna sin ser tratadas, este cuerpo de agua se volverá fangoso, maloliente y terminará con las especies que ahí cohabitan.
Autoridades minimizan el daño: Katerine Ender
Por su parte, la activista ambiental, Katerine Ender Córdova reveló que, desde el 2017 se ha denunciado ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente), además de dar parte a la Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía General de la República), pero hasta el momento no ha tenido eco; eso sí, los inspectores de la Profepa acuden cuando quieren, pero no encuentran nada.
“Es muy importante hacer un estudio del agua, sacar un dictamen y seguir en la batalla de las denuncias; dar parte a la nueva administración, hay muchas cosas legales que se pueden hacer y como última opción hacer una demanda civil contra los tres niveles de gobierno”, enfatizó.
Destacó que es un grave daño a la Laguna, de ahí que se necesitan tomar acciones de saneamiento, como la apertura de canales para que se oxigene el agua. Porque esa capa espesa que cubre las orillas de la Laguna, son muestra del agua sin tratar que vierten los hoteles, las casas y las empresas, por eso los efectos.
Acusó que las autoridades medioambientales de los tres niveles de gobierno, “minimizan el daño, dicen que no hay afectación y que no hay contaminación de la Laguna Nichupté, así que los ciudadanos debemos de seguir en la batalla legal, pues no solo es la Nichupté, sino la del Manatí y otras más”, concluyó.
El año pasado, unas obras realizadas en un predio en Playa Langosta perforaron tuberías de lo que resultaron ser tomas clandestinas de drenaje en la Zona Hotelera, práctica que podría ser más común de lo que se menciona.
Fuente: Noticaribe