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Mario Villanueva se queja : Por qué a Duarte 3 años y yo llevo 17 años con 4 meses

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SR. LIC. ANDRÉS MANUEL LOPEZ OBRADOR
PRESIDENTE ELECTO DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

EL EXGOBERNADOR MARIO VILLANUEVA RECLAMA JUSTICIA

Al exgobernador de Veracruz, JAVIER DUARTE, se le dio una condena demasiado benigna, de 9 años de prisión, la cual se reducirá a 4 y medio, por el beneficio que da la ley, y en tres años estará en su casa.

Justicia y gracia para los amigos –Benito Juárez– y, la Ley, ésta no ha sido pareja conmigo, ni me han dado la justicia que merezco.

Llevo 17 años y 4 meses en 10 cárceles tanto de México, como de Estados Unidos, donde me extraditaron ilegalmente, en contra de la Constitución y del Tratado de Extradición, pues me enviaron allí para juzgarme por los mismos hechos y delitos, por los que me condenaron en México, como lo reconocieron tanto el Juez como el Gobierno de ese país

En México me tiraron a matar, me libraron 4 órdenes de aprehensión con 13 delitos. No hallaron nada contra mí en el gobierno del Estado ni en lo personal, no pudieron acusarme de corrupción, y por ello decidieron hacerme acusaciones con 25 testigos protegidos de la PGR, condenándome finalmente por dos delitos:
• Contra la salud en la modalidad de fomento (por supuesta protección a los narcotraficantes); y,
• Lavado de dinero (que supuestamente me dieron los narcos por la supuesta protección).

Con los 17 años 4 meses en la cárcel, he pagado 23 años de dos sentencias por lavado de dinero, una en México y otra en los Estados Unidos, lo que fue ilegal porque son los mismos hechos.
He cumplido 23 años por lavado de dinero, y a Duarte le dieron nueve. Al otro exgobernador Duarte, el de Chihuahua, al parecer lo han exonerado.

Mi sentencia en México fue de 28 años 8 meses 7 días, que se redujo a 22 años 7 meses 11 días al descontarme la prisión preventiva de 6 años y 26 días que pasé en la prisión de máxima seguridad de Almoloya.

Estoy compurgando esa sentencia de 22 años 7 meses y 11 días por el delito de contra la salud en la modalidad de fomento, que con mis 70 años, saldría de la cárcel después de los 90, que dudo mucho que pueda cumplir. Éste es una muestra más de la saña con que me han tratado.

La Ley Nacional de Ejecución Penal me otorga dos beneficios:

1. El de la prisión en mi domicilio por motivos de salud. En realidad estoy bastante enfermo, por eso me trajeron a Chetumal y estoy en la Clínica Independencia. Desde fines de julio pedí al Juez que autorice el traslado a mi casa y estoy en espera.

2. El otro beneficio es la libertad anticipada que se da al haber cumplido el 70 por ciento de la pena. Esto equivale a casi 16 años y ya me pasé, pues llevo 17 años y 4 meses en la cárcel.

Sin embargo, los problemas no se acaban. Mi caso lo lleva el Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en la ciudad de Toluca, con quien de plano me ha ido mal, pues sus resoluciones han sido negativas, contra la ley, y la verdad es que ignoro sus razones para actuar así.

Después de dos años en una prisión hospital de Estados Unidos, al llegar a México me mandaron a la cárcel llamada CEFEREPSI, en el Estado de Morelos, donde supuestamente me atenderían de mis enfermedades, lo que fue imposible porque ahí no tienen médicos especialistas, ni instrumentos, ni aparatos médicos, ni área de urgencias, ni terapia intensiva, ni medicinas; y los centros hospitalarios de segundo y tercer nivel están muy lejanos.

Además de la falta de atención médica, me tuvieron aislado, segregado, incomunicado, con la prohibición de hablar con cualquier persona y permitiéndome solo una llamada telefónica, de 5 a 10 minutos cada domingo.

Le pedí a ese Juez Tercero de Toluca, el traslado a un reclusorio de la ciudad de México para ser atendido en los hospitales del Gobierno de esa Ciudad y, después de casi once meses, el 9 de octubre pasado me lo negó, ordenando “que compurgue mi pena de prisión en el CEFEREPSI, porque ahí velan por mi salud”. Fue una violación flagrante a mis derechos humanos, porque el Juez sabe perfectamente que allí no pueden atender mis enfermedades. Es sin duda una burla a mi condición de salud.

En junio de este año, por recomendación médica El Comisionado Nacional de Seguridad, por medio del Órgano Administrativo responsable de las prisiones federales, decidió trasladarme al CERESO de Chetumal para que mis pulmones y el corazón se beneficien con el clima y la altura al nivel del mar.

El Juez Tercero en Toluca calificó de ilegal mi traslado, y ordenó al Órgano que me reingresara de inmediato al CEFEREPSI, “que se ajustara a lo antes ordenado”, de que “allí debo de compurgar mi pena, porque allí velan por mi salud.” Al Juez no le asiste la razón porque el Órgano actuó basado en las facultades que le otorga la ley.

Por mi inminente traslado al CEFEREPSI, presenté una demanda de amparo ante el Juez Sexto de Distrito con sede en Chetumal, que en principio me dio la suspensión para evitar el traslado.

No obstante, el siete de septiembre pasado, el Juez Sexto me negó la suspensión y me dejó indefenso ante el traslado, porque el Juez Tercero en Toluca negó que él lo haya ordenado, lo que es una falsedad, porque existe el documento en que él ordenó al Órgano federal que me reingresen al CEFEREPSI, lo que implica que me trasladen allí.

Además, los siguientes hechos demuestran mi inocencia:

1) Mis supuestos cómplices a los que se les libró orden de aprehensión y se les llevó a la cárcel, han sido absueltos, por ser inocentes y, quienes los acusaron, son los mismos testigos protegidos que me hicieron imputaciones.

2) Desde hace cinco años una Comisión plural de Diputados del Congreso del Estado de Quintana Roo, lleva a cabo una investigación sobre los hechos ilícitos que me atribuyeron, y las pruebas recabadas demuestran que los hechos son falsos, que soy inocente.

¿Y mi libertad de expresión?
Por otra parte, me han indicado que debo permanecer callado para que me resuelvan positivamente, pero aun así, me siguen castigando con resoluciones contra la ley.
¿Por qué tengo que callarme cuando lo único que pido es que se aplique la ley, que en apego a Derecho se acabe la injusticia . . . y, ya no más el silencio de los inocentes . . .

Ni favor ni gracia, únicamente la Ley, y me voy a mi casa, se me
otorga la libertad, y se reconoce mi inocencia. Ya es tiempo de que las autoridades reconozcan los errores cometidos.

Gracias señor Presidente electo Andrés Manuel López Obrador por tomar en cuenta mi reclamo. Usted abandera la ley y la justicia, y por ello deposito en Usted mi confianza . . . y mi esperanza.

Mario Villanueva
Exgobernador de Quintana Roo.
Septiembre 27 de 2018

Mario Villanueva, entre el narcotráfico y la absolución

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Por Abraham Gorostieta /
Pedro Canché Noticias

La historia criminal de Mario Villanueva salió a relucir en marzo de 1998 con el llamado «Maxiproceso». Como enemigo era temible e implacable. Con sus fieles era generoso y hasta bondadoso. Le decían a sus espaldas “El chueco”, pero de frente siempre fue “don Mario” y con sus amigos era un tipo de palabra. Derecho hasta decir basta. Sólo que un día se le acabó la buena suerte. Un juez federal giró un centenar de órdenes de aprehensión en contra presuntos miembros y colaboradores del Cártel de Juárez, entre ellos el gobernador Mario Villanueva.
A principios de 1999 la Procuraduría General de la República ejecutó la orden que involucraba a los principales jefes del Cártel encabezado por el extinto Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.
Mario Villanueva vivía momentos de gran esplendor. Gozaba del apoyo del presidente Carlos Salinas de Gortari y de la protección de su hermano Raúl Salinas de Gortari.
Como gobernador Villanueva gastaba cantidades millonarias en publicidad para glorificar su imagen, pero con la llegada del nuevo gobierno de Ernesto Zedillo comenzó su desgracia.
Lejos, pero muy lejos de lo que ocurría con otros gobernadores, Mario Villanueva se vanagloriaba del poder que ejercía con mano dura. Sus vínculos con Raúl Salinas de Gortari lo hacían sentirse intocable y vaya que lo era.
Tan sólo en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari 17 gobernadores fueron cesados o renunciados. Así, cayeron, entre otros: en Nuevo León, Sócrates Rizzo; en Tabasco, Salvador Neme García; en Michoacán, Luis Martínez Villicaña y Eduardo Villaseñor; en Yucatán, Víctor Cervera Pacheco; en San Luis Potosí, Fausto Zapata Loredo (quien sólo permaneció 13 días) y Gonzalo Martínez Corbalá (quien únicamente estuvo un año); Teófilo Torres Corzo (también otro año); Guillermo Cosío Vidaurri (por las explosiones del alcantarillado de Guadalajara); en Chiapas, Patrocinio González Garrido, Elmar Seltzer Marselle y Eduardo Robledo Rincón.
Mario Villanueva fanfanorreaba por su gran cercanía con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Y sobretodo con su hermano Raúl, “Mister ten percent”, como era conocido por pedir el 10 por ciento en cada negocio que el gestionaba con el Presidente.
Las cosas cambiarían drásticamente para Villanueva con la llegada de Zedillo, quien comenzó con mano dura su mandato. Le abrió un proceso y metió a la cárcel a Raúl Salinas de Gortari por el asesinato de Mario Ruiz Massieu.

Caído en desgracia

Así los Salinas cayeron en desgracia y Mario Villanueva quedó desprotegido. Fue entonces que los medios de comunicación nacionales comenzaron a presentar pruebas que lo involucraban con el narcotráfico, señalando que daba facilidades para el transporte de droga de Colombia a Estados Unidos a través de Quintana Roo.
En 1994 la PGR documentó la entrada en operación del cártel de Amado Carrillo Fuentes «El señor de los cielos» en el estado, ese mismo año Villanueva se habría coludido con la organización de Carrillo Fuentes.
Fue la propia investigación difundida por la PGR la que afirma que Villanueva Madrid recibió entre 400 mil y 500 mil dólares por permitir la libre manipulación de cargamentos de droga en la entidad. El contubernio habría durado de 1994 a 1999, años en que la fortuna del mandatario se “volvió sospechosa” para las autoridades. La PGR aseguró que el entonces gobernador, manejó cuentas en bancos de Estados Unidos, Suiza, Panamá y Bahamas.
Villanueva siempre negó los cargos, pero desde el Gobierno Federal se iniciaron investigaciones llegando incluso a interrogarlo en el Palacio de Gobierno de Chetumal.
Ante las pruebas encontradas por la PGR, todo hacía suponer la detención de Villanueva en el momento en que entregara el cargo de Gobernador a su sucesor Joaquín Hendricks Díaz, el 5 de abril de 1999.
Pero Mario Villanueva desapareció dos días antes, llegando incluso a estar ausente en la ceremonia de transmisión de poderes. Permaneció prófugo de la justicia dos años, hasta que finalmente fue capturado el 24 de mayo de 2001 en Cancún en la región de Alfredo V. Bonfil.
Villanueva Madrid enfrenta una sentencia por el proceso penal 101/2003 en el que es acusado de los delitos de delincuencia organizada, asociación delictuosa e intimidación, por lo que habrá de cumplir con una sentencia que como mínimo establecía 22 años en prisión.
La justicia mexicana lo mantuvo preso en la Cárcel del Altiplano en Almoloya de Juárez y luego lo trasladó al Reclusorio Norte en la capital mexicana. Inicialmente un juez lo sentenció en 2008 a 36 años con 9 meses de cárcel. El 8 de mayo del 2010 salió de la cárcel mexicana para ser entregado en el aeropuerto de Toluca a la justicia estadounidense en un proceso de extradición ordenado por el juez Víctor Marrero, de la Corte del Segundo Distrito Sur de Nueva York, para cumplir una condena de 131 meses tiempo que podría reducirse considerando que tenga buena conducta en la prisión de Lexington Kentucky por los delitos de narcotráfico y la lavado de dinero.
Las autoridades en Estados Unidos lo acusaron de haber aceptado millones de dólares en sobornos por parte del cártel de Juárez a cambio de facilitar la exportación de 200 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. Villanueva Madrid enfrentaría una sentencia mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua por los cargos de tráfico de drogas, y un mínimo de 20 años por cada una de las 14 acusaciones que enfrentaba por lavado de dinero.
Sólo y sin los apoyos de sus protectores políticos, Mario Villanueva enfrentó el proceso penal en su contra. El exgobernador cumplió una condena en prisión de 113 meses por el delito de lavado de dinero en el país norteamericano, impuesta por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Sur de Nueva York.
En paralelo, Raúl Salinas de Gortari después de 10 años en la cárcel salía libre, sin que se probara su autoría en el asesinato de su cuñado Mario Ruiz Massieu. A finales del gobierno de Vicente Fox y ya en el mandato de Enrique Peña Nieto el juez XIII de Distrito en Materia Penal exoneraba al hermano incómodo de Salinas. El 19 de julio de 2013 la PGR desistía al no poder lograr acreditar la procedencia ilícita de sus bienes. Ese mismo año la revista Forbes a través de una encuesta de percepción ubicó a Raúl Salinas como una de las «10 Personas más corruptas en México».

Se declara culpable de lavado de dinero

Mientras el calvario para Mario Villanueva continuaba después de que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo se había comprometido a terminar con los políticos intocables. Así en el mandato de también fueron renunciados los gobernadores de Morelos, Jorge Carrillo Olea y Jorge Morales Barud; el de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, debido a la matanza de Aguas Blancas, y Julio César Luis Ferro, en 1998 después de la masacre de Acteal.
Villanueva estuvo seis años y siete meses encarcelado en Estados Unidos, pero un juez decidió concederle la libertad al considerar su buena conducta y los nueve años pasados en una prisión de México.
Durante su proceso en Estados Unidos, la corte del distrito de Manhattan, N.Y., le otorgó el acceso al expediente para que analizara y tradujera los cientos de libros de pruebas así como grabaciones de voz que se le hicieron cuando fue gobernador del Estado de Quintana Roo.
La demanda firmada por el abogado James B. Comey, en representación del gobierno de americano, estableció que Mario Villanueva Madrid y su hijo Luis Ernesto Villanueva Tenorio y la Sra. Consuelo Márquez participaron en lavado de dinero en instituciones financieras de los Estados Unidos, y realizaron movimientos ilegales por cerca 30 millones de dólares los cuales insertaron en el sistema financiero de ese país de manera fraudulenta.
El exgobernador Villanueva se declaró culpable ante la Corte Americana el 2 de agosto de 2012: “De 1993 al año 2001 participé en una conspiración para organizar transacciones financieras, sabiendo que se trataba del producto de una actividad ilícita, para ocultar el carácter y el origen de ese producto”, declaró ante el juez de la causa Víctor Marrero. Así lo difundió el diario Reforma, El Universal (http://www.eluniversal.com.mx/notas/862491.html) y la revista Proceso. De acuerdo con la carpeta de investigación, las autoridades de EU aseguraron 19 millones de dólares de Mario Villanueva, producto de actividades ilícitas.
De acuerdo con la revista Contralínea, Mario Villanueva, utilizó el sistema financiero mexicano, para lavar al menos 100 millones de dólares, mismos que utilizó en complicidad con el ex alcalde de Cancún, Rafael Lara y el ex Secretario de Finanzas. Este último, Testigo protegido de la DEA.
Para evitar que esos fondos fueran rastreados y se localizara su origen ilícito, tuvieron la asistencia de Consuelo Márquez que, en su calidad de representante registrada de Serfin Securities y Lehman Brothers, coordinó el establecimiento de esas cuentas off shore.
Algunas cuentas estaban a nombre de Carlos Patiño, Brígida Patiño y Felipe Patiño, que Consuelo Márquez abrió utilizando información falsa de los beneficiarios. Abrió otra cuenta en Banamex, Inc, en Nueva York, a nombre de Lehman Brothers Private Clients Services, sin conocimiento de Lehman Brothers. Otra más, abierta en esa firma, a nombre de Bank One Investment Management and Trust Group, que utilizó Consuelo Márquez para depositar los recursos procedentes del narcotráfico como una cuenta temporal antes de transferir sus fondos a otras cuentas.
Después de cumplir su sentencia
En junio de 2013 un juez de Nueva York sentenció a Mario Villanueva a pasar 11 años en prisión. Lo culparon de confabularse para importar cientos de toneladas de cocaína y de lavar millones de dólares en sobornos. Mario Villanueva se declaró culpable del delito de lavado de dinero. La fiscalía de Manhattan, de Nueva York le retiró 13 de los 14 cargos por los que lo acusaba.

Pide el arresto domiciliario

En México, en contra de Mario Villanueva Madrid está pendiente una Sentencia Condenatoria emitida, en segunda instancia, dentro del proceso penal 101/2003 del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México.
Según el juicio radicado en el Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Villanueva, también fue acusado del delito contra la salud, sin embargo, en 2007, se le dictó sentencia absolutoria por este delito en particular.
Después de cumplir su condena en Estados Unidos, acabado políticamente y enfermo Mario Villanueva fue liberado a mediados de enero de 2017 y trasladado a México por autoridades migratorias de Estados Unidos que repatriaron a Villanueva, quien fue recibido en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por personal de la Agencia de Investigación Criminal, adscrito a Interpol México, y del Instituto Nacional de Migración.
Tan pronto pisó territorio mexicano Mario Villanueva Madrid fue trasladado al Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial ubicado en el municipio de Ayala, Morelos.
Entonces Mario Villanueva movió las pocas influencias que tenía. Le pidió a un periodista abogar por él y este le dio focos y cámara a nivel nacional. Mario Villanueva, en entrevista con Ciro Gómez Leyva pedía pasar el resto de su condena en prisión domiciliaria.
Villanueva no cumple con los requisitos para obtener este beneficio, sin embargo fue trasladado a Quintana Roo al penal de Chetumal. De cumplirse la pena, el exgobernador debería cumplir su pena y salir de prisión a los 91 años de edad.
Pero don Mario quiere apelar a la misma suerte con la que corrió el narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” quien salió de la cárcel a los 86 años de edad al terminar su sentencia de 40 años y por motivos de salud