Cancún.- A través de mucha organización, entrega y con recursos propios, la escuela primaria pública “Cuitláhuac” logró regresar a las clases presenciales, sin apoyo de alguna instancia de gobierno, aunque no pierden las esperanzas de recibir ayuda.
Manuel Dzib Tuz, director de esta escuela, comentó que el desafió no fue tan grave como en otros planteles debido a que no fueron víctimas del saqueo, probablemente debido a que su personal se organizó y jamás abandonó las instalaciones.
“Tenemos un gran equipo de trabajo, docentes y administrativos, que desde el inicio de la pandemia han venido de tres o cuatro veces por semana, lo que pudo contribuir a que no sufriéramos robos”, explicó el director. “La escuela nunca estuvo tan sucia; no se llenó de hierba”.
Aunque contaban con los servicios básicos, hubo que comprar muchos insumos de limpieza, así como gel antibacterial y termómetros, lo que la escuela efectuó por su cuenta, utilizando el dinero guardado de la tiendita. Incluso compraron dos bombas de agua.
“No hubo cuota porque la situación está muy complicada, pero tenemos un comité de padres y allí analizan los recursos. Tenemos una reserva de material de limpieza y si hiciera falta, tal vez podamos pedir apoyo, pero en especie”, añadió.
Actualmente, las jornadas duran solo tres horas, debido a que la tienda está cerrada y no quieren que los menores coman en la escuela. De los 450 alumnos, solo un 12%, o 55 alumnos acuden a clases presenciales, lo que casi coincide con el aforo permitido, de 12 estudiantes por grupo.
No han tenido casos de COVID-19, aunque tres niños fueron rechazados en el filtro por presentar temperatura, situación que está en observación.
“Espero que con el paso del tiempo más padres confíen y manden a sus hijos; ya es urgente que vuelvan a las aulas, por su desarrollo educativo, que no es igual al virtual, y también por su salud mental, pues es difícil pasar año y medio de confinamiento”, opinó el educador.