Caso Tajamar, aún no está dicha la última palabra, falta la SCJN: obispo Elizondo Cárdenas Por Abraham Gorostieta

Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.- “La última palabra la tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, dice tajante Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de Quintana Roo, ante la cancelación irrevocable de que el proyecto de Malecón Tajamar esta cancelado como lo hizo saber la magistrada del Tercer Tribunal Colegiado de Justicia, del Vigésimo Séptimo Circuito con sede en Cancún, Selina Haidé Avante Juárez. “No se puede secuestrar lo que nos pertenece a todos y así ellos lo han hecho, estás personas. A lo mejor ellos tienen derecho a hacer declaraciones, a hacer demandas pero también los ciudadanos tenemos

Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.- “La última palabra la tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, dice tajante Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de Quintana Roo, ante la cancelación irrevocable de que el proyecto de Malecón Tajamar esta cancelado como lo hizo saber la magistrada del Tercer Tribunal Colegiado de Justicia, del Vigésimo Séptimo Circuito con sede en Cancún, Selina Haidé Avante Juárez.

“No se puede secuestrar lo que nos pertenece a todos y así ellos lo han hecho, estás personas. A lo mejor ellos tienen derecho a hacer declaraciones, a hacer demandas pero también los ciudadanos tenemos derecho a disfrutar Malecón Tajamar y los empresarios tienen derecho a reclamar algo que es de todos, que es para el esparcimiento, para el disfrute de todos, como cualquier parte del territorio de México”, dice muy molesto el obispo de Quintana Roo.

“Quieren quitarle a los ciudadanos algo que es de todos, que es para disfrutar, para el esparcimiento, donde se pueda convivir con la familia y hacer deportes y disfrutar una ventana al mar”, dice muy convencido el obispo. Su voz es grave, un poco ronca, pero adquiere nuevos matices de grosor cuando escucha el nombre de la ecologista Katerine Ender.

“Mi opinión sobre ella es como la de todos los empresarios, y la misma opinión con toda la gente con quien yo hablo, ella es una persona que no puede secuestrar algo que le pertenece a todos. En ese sentido, a eso se le llama secuestro”.

Para el obispo de Quintana Roo, la lucha que ha llevado a cabo la ecologista en el Malecón de Tajamar está errada, pues según él, “ella no tiene ningún derecho de secuestrar algo que le pertenece a los cancunenses”.

Para el obispo es claro quien tiene derecho a decir algo: “los que han comprado con un contrato, con un convenio para desarrollarlo, ellos son los autorizados para hablar y no ella. ¿Qué necesidad hay de detener inversiones? Esto no sucede en otros países, en otros municipios, por ejemplo, esto no sucede en Playa del Carmen, donde se estimula la inversión”.

Y es enfático: “El derecho sobre Tajamar le pertenece a quién lo compró, le pertenece a quién pagó por ello, le pertenece a quién hizo un convenio para mejorarlo, para invertir su dinero”. Y nuevamente pone el ejemplo de Playa del Carmen y dice que en este destino turístico hay empresarios que están invirtiendo su dinero y que están desarrollando Playa del Carmen y lo estan haciendo un lugar atractivo para el turismo. Hacen todo esto porque se respeta el Estado de Derecho.

Uno de los planes de la Iglesia dentro del proyecto de Malecón Tajamar era construir una Basílica, pues además de ser un centro de reunión de sus fieles sería un atractivo y punto de encuentro para el turismo religioso, de bodas y eventos, además de que se ofrecerían distintos servicios a los visitantes extranjeros como las confesiones en más de cuatro idiomas.

Para el obispo Elizondo Cárdenas eso queda “en espera” y explica: “así como están todos los empresarios, están esperando a ver qué pasa con sus proyectos”.

Elizondo Cárdenas dice que la construcción de la Basílica no debe ser vista como un negocio, sino como “un proyecto de la Iglesia, un lugar donde se hace por la humanidad, donde se fomentan los valores, la unidad familiar, la armonía.

La sociedad de Cancún necesita espacios así para salir de todo el marasmo de violencia en el que está hundida. Crear lugares para la reflexión y que sea un lugar para el arraigo. No es un negocio. No es para lucrar sino para beneficiar a la sociedad”.

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