El paso del tren maya en Cancún apesta a Salinas Pliego, publica Proceso

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Cancún.- Un terreno de 170 hectáreas contiguo al aeropuerto de Cancún fue vendido por el dueño de Banco Azteca y Electra a FONATUR en mil 300 millones de dólares.

A Ricardo Salinas Pliego, magnate millonario, no se le escapó ninguna ocasión para seguir aumentando su riqueza y en la primera oportunidad que tuvo para hacerse del dinero de los mexicanos se alió con el presidente Andrés Manuel López Obrador y concretó un jugoso negocio con el gobierno federal, publicó Mathieu Tourliere en su artículo de la revista Proceso.

A través de su Banco Azteca, Salinas Pliego vendió a Fonatur un terreno de 179 hectáreas para construir un centro logístico para el Tren Maya, por mil 300 mdd, ocho veces mayor al monto en que lo compró.

Lo turbio de este negociazo no solamente es la cantidad exhorbitante por el que se vendió sino también los antecedentes del predio.

De acuerdo a Proceso el terreno estuvo ligado a estructuras offshore que Salinas usó para controlar acciones de Fertinal, empresa de fertilizantes que Pemex adquirió a sobreprecio en una operación irregular durante el sexenio de Peña Nieto y que la propia petrolera denunció ante la FGR.

La venta del terreno al FONATUR representó un nuevo negocio jugoso de Salinas Pliego con el gobierno de la llamada Cuarta Transformación: en mayo de 2009 una empresa llamada Surmaq lo había comprado por alrededor de 43 mil 300 dólares por hectárea, y Fonatur lo adquirió por un precio ocho veces superior: cerca de 363 mil dólares por hectárea, según el monto revelado el pasado 18 de enero en Reforma.

Un acta de ese fideicomiso, firmado ante Francisco Xavier Borrego Hinojosa Linaje –notario en Tlanepantla y a la vez consejero de Grupo Salinas–, revela que al menos en junio de 2018 los representantes de Surmaq eran José Luis Riera Kinkel, director general de finanzas corporativas de Grupo Salinas, y Alejandro Ramírez Sánchez, quien en 2013 fue representante legal de NPK Chemical Holdings y tuvo poderes legales en Fertinal.

Esta relación, plasmada en el acta del fideicomiso en poder de Proceso, desmiente una vez más las afirmaciones de Salinas Pliego, sus voceros y sus empresas, de que éste no tuvo relación alguna con la estructura offshore que tenía acciones de Fertinal.

En contra parte Ricardo Salinas demandó a la revista Proceso y tres de sus trabajadores por daño moral, en reacción a un reportaje que documentaba su rol en las sociedades de papel.

El diario Reforma reveló el pasado 18 de enero que el Fonatur reservó toda la información relativa a la compra del terreno –“del cual fue propietario Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple”–, bajo el pretexto de que su divulgación “podría poner en riesgo la conducción de las negociaciones y relaciones interinstitucionales” y “podría obstaculizar las estrategias comerciales que pretenda ejecutar el Tren Maya”.

Las declaraciones de la dependencia federal pusieron en tela de juicio todas las irregularidades por las que ha sido señalado este predio, Ricardo Salinas y el negocio millonario con FONATUR.

La contradicción de la Cuarta Transformación radica en qué mientras la Suprema Corte de Justicia de la Nación condenaba a Ricardo Salinas a pagar un adeudo fiscal al Sistema de Administración Tributaria (SAT) por 2 millones de mil 636 millones de pesos, el gobierno federal le regalaba más de mil millones de dólares suficientes para cubrir el adeudo que por años ha evadido y fácilmente pudo AMLO descontarle del monto otorgado.

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