Los otros circos en la mira o el fin de delfines en cautiverio

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Arturo Mendoza Mociño /
Pedro Canché Noticias

Cancún, Quintana Roo, a 25 de septiembre de 2018.- Hasta un 53 por ciento de los delfines que sobreviven al proceso de captura mueren en los primeros tres meses del cautiverio, revela el Programa Nadar con Delfines y Terapia Asistida con Delfines.
Los delfines son el movimiento perpetuo porque pasan aproximadamente el 80 por ciento del tiempo por debajo de la superficie explorando las profundidades del océano. Se ha registrado que pueden viajar hasta 40 millas todos los días y que el proceso de captura de los delfines salvajes tiene efectos traumáticos sobre ellos porque, de golpe, dejan de buscar comida por ellos mismos y se acaban los juegos y las luchas que los integran como manadas. En lugar de estar en una mesa, se les confina en un vasito de agua. Muerte por depresión garantizada.
Esa es la razón que esgrimen los críticos de los delfinarios, los otros circos, los consideran, porque creen que el mantenimiento de delfines salvajes en cautiverio es cruel y debe ser detenido y prohibido porque los científicos consideran que con el tiempo se aburren y tienen una muerte prematura. A diferencia de los delfines salvajes, los delfines cautivos pasan sólo el 20 por ciento del tiempo bajo la superficie.
Aún así el número de delfines mantenidos en cautiverio aumenta considerablemente y Quintana Roo es santuario de estos centros de entretenimiento que justifican sus millonarias ganancias con investigaciones científicas de la única especie que se ha comprobado que resiste mejor el cautiverio: el delfín nariz de botella.
Juguetones por naturaleza, los delfines son incorporados a espectáculos acuáticos donde suelen quedar varados, sin embargo, esto nunca ocurre en su vida en mar abierto. Los científicos creen que es muy perjudicial para ellos porque descansan apoyando su vientre sobre una superficie dura, lo que con el tiempo puede llegar a dañar sus órganos internos.
Al menos la mitad de los delfines en cautiverio mueren en menos de siete años. Enfermedades, envenenamiento por cloro y el estrés son las principales razones que provocan su muerte.
Hasta ahora no hay ninguna investigación científica que explique por qué los delfines en cautiverio viven menos, cuando la mayoría de los animales salvajes en cautiverio, protegidos de sus depredadores naturales, siempre sobreviven a sus contrapartes en ambientes naturales.

Ganaderos de los océanos

Delphinus de Grupo Xcaret, Dolphinaris del fondo Adventure Capital y Vallarta Adventures son los dueños de los delfinarios en México.
Su boyante negocio se vio amenazado cuando en junio de 2014 se aprobó la ley para prohibir los circos con animales en Ciudad de México por el menos ecologista de los partidos políticos en el mundo: el Partido Verde Ecologista de México.
Aunque no lo admitan los dirigentes de cada una de estas empresas, su negocio está siendo cercado poco a poco en el principal activo del negocio: el negocio, porque ya hay dos Normas Oficiales Mexicanas (NOM), la 059 y la 155, que prohíben capturarlos, importarlos y exportarlos.
Ahora el negocio exige más cuidados extremos, ideas frescas y nueva mercadotecnia.
Cuando nace un delfín, relata Eduardo Albor, presidente de Dolphin Discovery, que tiene 40% del mercado en México, hay personal vigilándolos 24 horas un año, incluso para contar sus respiraciones por minuto y sus patrones de nado.
“Ni siquiera a mi hija la cuidamos así cuando era bebé”, confesó el empresario al columnista de negocios Carlos Velázquez.
A finales de la década de los años noventa, Dolphin Discovery contaba con nueve delfines y dos delfinarios; ahora tiene 14 centros en México y el Caribe y de ellos ocho están en Quintana Roo.
Albor era abogado de la compañía, resalta Velázquez, y tras la muerte de uno de los socios se hizo cargo del negocio con la visión de que éste estaría muy regulado, lo que ocurrió en sólo seis años.
El panorama empresarial se ennegreció. Hacia 2004 ya no era posible comprar delfines en otros países y menos capturarlos. Así es que de los 144 ejemplares que tiene en sus parques, 76 ya han nacido en ellos.
Como los delfines son animales muy territoriales se ha descartado que pudan sobrevivir si son puestos en libertad, aunque, detalla axial, liberarlos acabaría con una actividad que involucra unos 30 delfinarios, con 320 ejemplares y que generan unos dos mil 300 empleos directos con ganancias de oscilantes, pero que, según Eduardo Albor, director general de Dolphin Discovery, dejan una derrama económica de más de 3 mil millones de pesos en la región.
Su competencia son Delphinus de Grupo Xcaret, Dolphinaris, adquirido recientemente por el fondo Adventure Capital, y Vallarta Adventures.
En Delphinus participan empresarios como Miguel Quintana Pali y los hermanos Constandse, entre ellos Carlos, quien es presidente de la Cruz Roja de Cancún.
Vallarta Adventures es propiedad de Ricardo Farcas, precursor del turismo de aventura, y quien se inició en el negocio en el 2004 con un delfinario en Cabo San Lucas, con 12 delfines, y una inversión de nueve millones de dólares.
Cada uno de estos grupos son, en sí, cofradías empresariales. Albor, por ejemplo, es socio de Alejandro Zozaya de AM Resorts, José Chapur de Moon Palace, Abel Matutes de hoteles Sirens y hermano de un ex ministro de turismo de España: y José Luis Martínez, presidente de Lomas Travel.
Sobra decir que el político que más los incomoda es Jorge Emilio González, también conocido como “El niño verde”, quien en su paso como senador propuso cerrar los negocios de estos hombres para liberar a los delfines.
Rodrigo Constandse, presidente de la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (Amhmar), se expresó así del político “ecologista”.
“(La ley que propuso) está detenida, como sucede en muchas leyes, no han convocado a ningún especialista, no han llamado al debate ni a la revisión de la ciencia, ni de las consecuencias que puede causar de aprobarse”, dijo.
Las reformas al Artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), aprobadas por la Cámara de Diputados, ahora indican que queda prohibida la operación de delfinarios y la inhibición de la reproducción de especies en cautiverio.
El empresario externó que solicitarán ante el Senado el que no derrumben 30 años de trabajo y estudios, además de generar alrededor de 15 mil empleos en todo el país.
“A mí me gustaría que se abran los foros para que la gente conozca el tema”, manifestó.
“Los 300 animales (delfines) que están bajo cuidado humano no hacen nada malo, más que contribuir al bienestar, a una mejor conservación, a una derrama económica y empleos”, resaltó el también director general de Delphinus.
Indicó que se han acercado a dialogar con los senadores; sin embargo, expuso que no hay nada asegurado, ya que “les llega una orden de otro lugar” y los partidos se alinean.
Dentro de la reforma aprobada al Artículo 60 Bis de la LGVS se mantuvo la modificación que permite por única ocasión la reproducción de las hembras en cautiverio, a fin de que exista otra generación y después, hasta la muerte de los animales que aún no nacen, desaparezcan por completo los delfinarios, lo que podrá suceder aproximadamente en 50 años.
A final de cuentas, para respiro de los ganaderos marinos, el Senado de la República aplazó en diciembre de 2017 la aprobación de la reforma que prohíbe utilizar a delfines en espectáculos fijos o itinerantes, ello en el marco de un debate entre legisladores de los partidos Verde Ecologista, Acción Nacional y del Trabajo.

Trato humano

En mayo de este año se dio a conocer seis delfinarios de Quintana Roo obtuvieron la certificación de American-Humane Association a través del Programa de conservación por el bienestar de los animales bajo su cuidado y trato humano, luego de auditorías rigurosas realizadas en cada recinto de Dolphin Discovery.
Como parte de las nuevas estrategias de conservación del negocio, Dolphin Discovery busca el respaldo de organizaciones internacionales que avalen las buenas condiciones de vida de sus ejemplares.
Mark Stubis, chief communications office de American Humane, resaltó que es de vital importancia contar con programas de cuidado animal, verificando que todos los animales de acuarios y zoológicos sean atendidos con el máximo cuidado.
«American Humane ha estado detrás de cada avance en cuanto al cuidado animal, toca la vida de mil millones de animales cada año, a través de programas de rescate, programas para cuidar a los animales que están en el mundo de entretenimiento y a los que están en las granjas alrededor del mundo. Hoy cada día más personas demandan que los animales que se encuentran en cautiverio sean tratados de la mejor manera y por eso la organización más grande que certifica ha creado este programa», externó Stubis al portal Noticaribe.
Mientras Edgar Urbina, director de especialistas en mamíferos marinos de grupo Dolphin Discovery, destacó que esta certificación cobra más importancia en estos momentos en el que está de moda ser protector y defensor de los animales y muchas veces juzgan trabajos de hábitats sin tener conocimiento real de lo que ocurre en estos lugares.
La inspección de American Humane incluyó primero la legal procedencia de cada uno de los animales presentes en cada uno de los hábitats, independientemente de la especie que sean; posteriormente pasan al área de veterinaria para conocer las medidas preventivas de salud y el registro general de cada animal; el conocimiento de los cuidadores, ambientes seguros y estimulantes incluyendo factores de iluminación y sonido, entre otros puntos.
Las instalaciones certificadas fueron Isla Mujeres, Dreams en Puerto Aventuras, Cozumel, Playa del Carmen, Riviera Maya en Puerto Aventuras y Dolphin Discovery Tulum en Akumal.
Allí, según ellos, viven delfines felices, en condiciones cada vez más humanas.

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