Para sustituir a Borge estuvo a milímetros. Borge fue su devoción para conseguir el sueño de los Toledos, la gubernatura de Quintana Roo.
Las cosas le salieron mal a su compadre Roberto Borge y José Luís Toledo Medina, Chanito Toledo se le fue el reloj 6 años. Sus redes apoyaron en esa confusión a Carlos Joaquín al darle el voto de castigo al priísta Mauricio Góngora.
Un milagro levantaría a Chanito Toledo, parecía.
Y el milagroso lo soltó el PRD en 2018. Contra cualquier pronóstico de algún calenturiento columnista regresó Chanito Toledo por la grande.
Último Símbolo del borgismo llegó desafiando a Carlos Joaquín y su lucha contra el quinquenio del mal.
Montado en Julián Ricalde, un político sin carisma carente de votos, recurre a Chanito Toledo a quien la carisma se lo da de manera natural.
La oposición y lucha también se le da de manera natural a los Ramos. No se acercó antes con este grupo y ahora se le revierte y por segunda ocasión pareciera que se le va la candidatura.
No hay problema. En el TEQROO cuenta con el yerno de su operador político Eduardo Ovando. El magistrado Vicente Aguilar es además yerno de Ovando, amigo muy cercano de José Luis.
No está preocupado. Es su carta secreta.
Con razón el topo Jorge Aguilar, dirigente del PRD dijo “Chanito Va. No hay plan B”.
Este lazo puede cortarle la maldición de ser el eterno perdedor para acceder a una candidatura.