Cancún.- Para la publirrelacionista Ana Mari Irabien Medina, quien ha sido testigo de 42 de los casi 50 años de vida del destino, los problemas actuales de la ciudad podrían reducirse, si se hace consciencia de los mismos, ya sea cuidando el entornos las áreas naturales o a las demás personas, “verlas como si fueran de nuestra familia”.
Recordó que hubo un tiempo que no había escuelas, leche suficiente o hasta pasta de dientes, o que podía ver tigrillos o tucanes en tu patio.
“A mí me da mucho orgullo ser parte de esta historia; decir que me tocó ser parte de este crecimiento pleno; hace 42 años que llegamos aquí, y me ha tocado ver el Cancún que, si bien no teníamos todos los servicios y la infraestructura que nos gusta tener cuando llegamos a un lugar, teníamos otras cosas que lo compensaba, como este contacto con la naturaleza que era maravilloso; aunque sí había muchas carencias”, recordó.
Mencionó algunas de estas carencias como el que, siendo muy pequeña una de sus hijas, era difícil conseguir leche, o incluso pasta de dientes.
“Incluso yo tuve que salir por un par de emergencias médicas con mi hija a Mérida o ibas a Miami porque no había opciones; y también me tuve que ir a estudiar a Chetumal, porque Cancún no contaba con preparatoria o universidades; a mis hermanos les tocó prepa, pero para la universidad les tocó ir a México y a Mérida”, comentó.
CAMBIOS PARA BIEN Y OTROS PARA MAL
Si bien destaca que muchos cambios han sido para bien, como el lograr consolidarse como un sitio turístico exitoso, su amplio crecimiento no siempre ha sido ordenado y también trajo afectaciones, como la delincuencia.
“Nos tocó dejar las llaves del coche puestas, la puerta abierta, la casa abierta en la noche para que estuviera fresquecito y nadie vivía encerrado en sin propia jaula, porque así me siento cuando tienes que poner protectores; nos tocó vivir ese Cancún que no tenía eso, pero sí las carencias que mencioné”, puntualizó.
Pero como balance Cancún siguen siendo un lugar hermoso que se sigue brindando oportunidades de trabajo, aseguró. “Así como en Estados Unidos han ido a buscar el sueño americano, aquí han venido a buscar el sueño caribeño y muchos han podido desarrollarse, queriendo o no, gracias al turismo”.
Concluyó asegurando que los daños que se han originado si bien no son reversibles se pueden compensar de alguna manera, como ejemplo puso recuperar hectáreas de selva que se han descuidado; “a partir de hoy se podrían cuidan más las áreas verdes del destino”. Y lo mismo con las personas, dijo que hay que ser comunidad y cuidarnos entre todos. “La ciudad es mi casa y yo la cuido y la procuro; como en San Miguel Allende donde la gente es la primera en respetar la ley”.
