Por Pedro Canché
Cancún.- El día de ayer Sergio León Cervantes confirmó su renuncia como dirigente estatal de COPARMEX Quintana Roo, en medio de un escándalo por violencia intrafamiliar. Sin embargo, el funcionario no agotó hasta la última oportunidad para intentar limpiar su imagen a través del medio Luces del Siglo donde politizó este hecho.
Luego de su renuncia León Cervantes publicó en Luces del Siglo que el transfondo del asunto son cuestiones políticas derivadas a reuniones que sostuvo con Rafael Marín Mollinedo, fundador de MORENA en Quintana Roo y también con Roberto Palazuelos, precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura del estado.
Argumentó que los encuentros ocasionaron la molestia e incomodidad de grupos políticos dentro de la organización y esa es la razón de la «persecución en su contra» pero tal parece que se le olvidó la denuncia en su contra por haber propiciado fuerte golpiza a su mujer, verdadera razón de la indignación de los socios y socias de COPARMEX.
A través de un comunicado el ex presidente informó a los socios respecto a su renuncia, la cual parecía una decisión sabía y saludable, tanto para su persona como para el patronato empresarial, pero todo tomó otro sentido cuando en un segundo comunicado dirigido a expresidentes y vicepresidentes refirió que todo se trataba de una campaña en su contra para desplazarlo del cargo, al que quiere aferrarse por el poder que representa en el ámbito empresarial.
En su defensa León Cervantes aseguró que «existen diversos actores dentro de nuestro organismo que están
alimentando un espectáculo fuera de contexto y cuya falta de ética está dañando a nuestra
institución usando un problema personal, con intereses personales del ámbito político-
económico».
Así mismo arremetió contra el actual secretario general Francisco Javier Dzib Flores, quién tomará la dirigencia de forma interina, para desprestigiarlo con el argumento que es una persona que carece de credibilidad y que está en un supuesto proceso de baja como socio COPARMEX porque que adeuda 45 mil pesos desde hace 22
meses, lo absurdo es que durante casi dos años de su gestión no había dado a conocer está situación.
Javier Dzib Flores convocó a una asamblea para tratar asuntos relacionados al proceso de elección del próximo presidente y León Cervantes invitó a no participar en dicha reunión porque la invitación «carece de legalidad por su status como secretario».
De la misma manera el empresario atacó a los medios de comunicación que han dado cobertura a los hechos que denunció su mujer, asegurando son pagados
y que «están alimentando este deterioro de
la imagen de nuestra institución para tomar el control». ,
León Cervantes terminó refiriendo que «Es importante convocar a asamblea, para poder arreglar el tema de estatutos pendientes
desde el 2018, así como convocar a elecciones, tener un consejo directivo sólido y no
permitir que un pequeño grupo tome el control de 37 años de trabajo».
La finalidad de Sergio León es aferrarse a la dirigencia estatal con argumentos carentes de credibilidad y evadiendo las verdaderas razones que han llevado a COPARMEX a enfrentar señalamientos de desprestigio por el actuar de su ex presidente.
